Bendigo(te)

El tiempo ha borrado ya

las lesiones de tu ausencia(/presencia);

Se enfrío el magma, se calmó la tierra

y desde la soledad, con templanza

reconozco el amor que por ti sentí.

 

Tras el incendio se fecundó mi tierra

el bosque muerto comenzó a florecer.

Comprendo ahora que no existe traición alguna

y del amor que escondían las cenizas

nacen sueños nuevos.

 

He escogido ya mi coordenada perfecta

He conocido bien a la persona que soy.

Invoco a la energía que dejé repartida y me unifico. Estoy completa.

No cruzaré más mares buscándote.

Y si te veo, me bastará con saludarte.

 

Hoy, en este lugar y este momento

con toda la fuerza, la voluntad y la energía que tuve y la que sigo teniendo

me disuelvo de tu vida, me desintegro de tus recuerdos

me cancelo de todos tus pensamientos

y te libero de la maldición antes escrita.

 

Y te bendigo,

para que seas completamente libre y vuelvas a enamorarte

que estés íntegro y te encuentres en otra mirada.

Para que jamás te sientas solo ni desamparado,

que todos los días disfrutes del cielo

y que a tu vida no vuelva a faltarle consuelo ni amor.

 

Te libero y te bendigo,

Para que al abrir los ojos encuentres siempre días soleados,

y no exista jamás el dolor.

Me desprendo por completo de ti y de tu esencia.

Respira profundo, aligérate. No existe culpa alguna.

 

Te libero de mí y desde el olvido te bendigo,

para que seas siempre fuerte, valiente y dichoso

para que te enamores y en ella encuentres siempre la primavera

que te corresponda y juntos fecunden vuestra tierra.

Para que siendo tú y estando completo, la conviertas en la mujer

más afortunada, dichosa, gloriosa y etérea.

Para que la cuides, la contengas y juntos puedan ser… sólo dos.

 

Antes de despedirme te reconozco.

por haber sido mi salvavidas cuando me hundía,

por haber sido mi sueño y mi más grande ilusión.

Por todo tu amor.

 

Te devuelvo lo tuyo, recupero lo mío.

No hay deuda, nada nos une.

 

Con todas mis fuerzas te bendigo por siempre.

… y me libero yo.

A partir de hoy ya no soy ni seré jamás tuya.

Picar cebolla.

Partir en capas y en cuadritos,

deconstruirlo todo.

Hasta convertir un cuento en poema –

 

Este ha sido el invierno más helado de los últimos 7 años.

Y yo aquí, muerta (de frío) y con hambre,

tratando de prepararme algo de comer.

Pero nada se compara ya con la frialdad de mis pensamientos.

 

El móvil al lado y yo sigo sin encontrar la voluntad

para responder algún mensaje,

ni la voluntad para hacer más de lo mínimo

para mantener esta vida

(en la que me dejaste).  

 

Cómo quisiera sentir algo;

tragarme un engaño, lento,

a besitos, como se bebe un buen tequila.

Caer en un juego, aunque ya me lo sepa,

dejar que me deslumbre hasta la ceguera

y sin miedo entregar más que mi cuerpo.

 

Por un rato, aunque sea,

perderme, pelearme, enamorarme.

Efervescer y volver a ser

(aquella que fui contigo).

 

Más los años no corrieron en vano,

 Y (des)afortunadamente,

la experiencia me enseñó a frenar

antes de dejar arrastrarme a cualquier barranco.

(Porque me lastimé mucho cuando caí en el tuyo)

 

Siendo honesta, ya no bebo tequila, ni me peleo,

ni me enamoro, mucho menos me precipito

(y ningún barranco ha vuelto a valer la pena).

 

No me reconozco, si pienso en aquella,

que inexperta y valiente

lo perdió todo en una mirada y una apuesta.

No me reconozco en viejas fotografías, ni en anécdotas,

ni siquiera en mis propios recuerdos.

 

Y nunca sabré quién fue aquella de la que te enamoraste,

la que llevaba mi nombre, la que te amaba.

Porque yo ya no soy (ella).

 

Un par de arrugas no hacen que mi cara se vea distinta

de la de aquella niña que fui

(antes de conocerte).

Pero qué cansada traigo la mirada.

Y ni con las pupilas dilatadas, y los ojos abiertos

le encuentro sentido a lo que veo en el espejo.

 

Desde que no estás, la oscuridad me calma.

Ahora da más miedo todo cuando lo veo;

Miradas y vidas cada vez más vacías,

Presencias, que alguna vez fueron tesoros,

y ahora estorbosas se han vuelto demasiadas.

 

Montones de recuerdos desordenados

que ya no hablan de mí,

y la intrascendencia…

que al fin está por alcanzarme.

 

Heladas, mis manos, no logran picar bien la cebolla.

El último invierno así de frío,

estabas tú ahí para abrazarme

(y para calentar mis sábanas).

Tal vez estoy tan fría que, por eso,

ya ni picando la cebolla, me salen lágrimas.

 

Ingenua, tanto quise una despedida.

Un final, un adiós, un cierre.  

Sin entender que la vida es un flujo constante

Sin capítulos, donde el único final será la muerte

Y el presente es sólo un instante

donde convergen pasado y futuro en su totalidad.

 

A veces, recuerdo cuánto te quería y vuelvo a quererte.

Recuerdo cuánto me dolías y vuelve a dolerme

Y quisiera regresar al pasado

y decir que todo va a estar bien

(pero hasta ahora sigue sin estarlo).

 

El hueco que dejaste no lo lleno con nada…

pero ya no lo lleno tampoco contigo.

 

Y lo que iba a ser, ya no fue.

nos lo perdimos, los dos.

Ahora entiendo, que ya ni te conozco

Ya ni siquiera me reconozco a mí.

 

Quisiera saber quién sería si no nos conociéramos.

¿Cambiaría algo o seríamos los mismos?

Tal vez encontrarnos fue cualquier cosa,

No hubo destino, ni trascendencia

el significado se lo inventamos nosotros.

 

(Sólo quería una despedida,

porque quería volver a verte.)

 

Y por qué no? De una tajada con el cuchillo me corto un dedo.

 

El dolor siempre encuentra la manera de hacerse gráfico.

Reclama su derecho y se hace presente.

Que aunque no quiera, vuelvo a sentir.

Que aunque no duela, la cicatriz revienta

Y en cada gota derramada, se escapa un recuerdo

(de los que antes, recordaba).

 

Sané la herida, me tomé un analgésico

y empecé a llorar…

como si la mitad de mí siempre tuviera que estar anestesiada.

porque todo, a veces me parece demasiado

por eso te he venido soltando de a poquitos

porque soltar, siempre me duele.

 

Y te recordaré, a pesar de que ya me olvidé de todo.

Hasta cuando me olvide de tu cara y tu nombre.

Te seguiré queriendo, a pesar de que ya no siento nada

Y seguirás siendo parte de mí

aunque ya no le encuentro sentido

a no olvidarte.

 

Si ya no te/me alcanzo a ver.

 

 

(Pierdo hasta la pérdida,

cuando me doy cuenta de que ya no pierdo nada).

El límite.

Despertar a la rutina

por más nueva que ésta sea.

A explotar las limitadas posibilidades,

a aprender lo descubierto,

e inventar lo prestablecido.

 

Enojarte, frustrarte,

querer rebelarte,

creer reinventarte

sigue siendo parte del sistema.

Tú mismo eres el límite.

 

Porque el límite es tu entorno

y sólo somos un cúmulo de estímulos,

de conceptos preconcebidos,

prisioneros de neuronas entrenadas.

Y sin embargo…

 

Cada impulso me lleva hasta ti.

 

El universo no es finito,

limitada es nuestra mente,

y su necesidad de conceptos,

y su necedad de descifrar el tiempo.

Porque mienten los sentidos

 

Incapaces de revelar lo absoluto,

nos hacen creer que existe la verdad.

La búsqueda por la razón es insaciable,

cambiar de perspectiva es otro anestesiante.

Y sin embargo…

 

Las cadenas no se sienten si te tengo a mi lado.

 

Y ya lo sé, que todo es mentira.

Que la vida es un absurdo

sin propósito, sin explicación, sin sentido.

Y aunque cada acción sea un placebo

Quiero vivir, sin embargo.

 

Mirarte hasta el crepúsculo

y que en la noche ciega

el deseo por la permanencia me mienta.

Porque no importa el tiempo,

ni la dimensión del universo…

 

Yo te quiero sin límites.

Mercurio Retrógrado.

Quiero saber de ti.

Pasan años, parecen vidas

y te mantengo al tanto

sin embargo.

 

Que sí,

que sigo viva.

Que aveces te pienso

y me lo sigo preguntando.

 

Que no,

que aún no me he enamorado,

y nada tiene significado.

Que no recuerdo si contigo lo tenía.

 

Y si en realidad no fue tan malo?

Tal vez lo estoy idolatrando

Y si esta vez pongo los límites?

Te irías todavía?

 

Trabajaste aquello que me molestaba?

Aprendiste a escuchar y a ser empático?

Que yo sí que he trabajado y que he aprendido

bueno… tal vez aún me hace falta.

 

Pero tú también me faltas.

Y no sé si lo logre, si me tome toda la vida.

Tal vez me vuelva blandita

como tu boca cuando llorabas.

 

Y yo sé que estás bien,

y que todo ha tomado otro camino.

Que nos estamos comiendo el mundo

cada loco de su lado.

 

Más no encuentro otro atardecer

como el que reflejaba tu mirada,

ni un cuerpo que encaje tan bien

como lo hacía el tuyo con el mío.

 

Yo quisiera encontrar a alguien nuevo,

con quien no fuera tan difícil.

Pero los recuerdos estorban

despintando cada nuevo atardecer.

 

Y no importa mercurio.

Pero cuando se pone retrógrado

quisiera hablarte y pedirte

que (me) regreses.

 

Que te lleves todo el miedo y la amargura,

devolverte todo lo que estorba.

Mas no quiero olvidar lo bueno.

Si lo dejo, a qué me aferro?

 

Tengo que soltar, soltarte y soltarme

Pero… qué pasaría si nos vemos?

Tal vez todo se acabe

Si nos vemos un mercurio de estos.

 

 

 

 

 

Materia.

Cerraste los ojos

y ese último destello

se difuminó poco a poco,

como tus latidos

hasta que te desprendiste.

 

Un instante en el que todo se parte.

El único límite real y tangente.

Final o inicio?

Incógnita permanente…

La muerte.

 

Te llevas contigo más que tu vida,

te llevas la mía,

En pedazos.

Creando ausencias y nuevas carencias.

Una etapa se termina.

 

Tu cuerpo se enfría

y dejas de ser tú.

Te vuelves recuerdo y melancolía,

destinada a transformarte

en la subjetividad de mi memoria.

 

Dejar de estar no es dejar de ser.

Y tú serás para mí, siempre.

Miro a las estrellas y quiero creer

que son algo más que polvo,

que ahora estás con ellas.

 

Y el tiempo egoísta, mezquino y avaro

no le importa y no se detiene;

Haciendo que tu partida parezca natural.

Transformando en absurdo

mi sentimiento más sustancial.

 

Miro tu cuerpo inerte,

no queda rastro de tu presencia.

Ahora eres sólo materia.

Y me pregunto…

Si yo soy más que eso.

Presente

Paralizado en el punto cero

el tiempo pasa ligero y en vano.

Sintiendo que sientes,

creyendo que vives.

 

Déjame hundirme en tus manos,

pertenecerte.

Resbalarme en tu cuerpo

hasta encontrarte de frente.

 

Conocerte hasta entender tu arte;

Promocionarte.

Ver con tus ojos

y darle otro sinsentido a la vida

 

Reencontrarme en ti,

inesperado espejo.

Vivirte en la eternidad

que dure este instante

 

Que en tu piel recuerdo el pasado,

en tus besos olvido el futuro

y en tus ojos me vuelvo

Presente

El Ciclo.

Entender

Para desaprender luego

Que los conceptos aprisionan

es la duda la que nutre

y no hay nada más fugaz que una certeza

.

Querer

para dejar ir luego

perder el sabor

volviendo el dolor genérico

¿Existe el amor sin vanidad ni ego?

.

Crecer

Para desconocerse luego

Domar los instintos

Civilizar a la razón

Llenarse de placebos

.

El tiempo

Filtro de experiencia

Pensar sin fe

Actuar sin sentir

Morir sin vivir

.

Para nacer luego….

28 Gramos.

Cierro los ojos y despego

el tiempo avanza al ritmo de la música,

con las pupilas dilatadas

Irrealidad, inconsistencia

pierdo el propósito a propósito.

.

Hago la paz con el vacío

¿Resiliencia o desdeño?

¿Pierdo los sentidos, o me surge un sexto?

Suelto el control, si es que lo tuve

el equilibrio es sólo un espejismo.

.

Todo es más claro si se nubla la mirada

olvido mi nombre, me convierto.

Ideas sin raíces,

no hay opinión, concepto o juicio

la rebeldía de la insignificancia.

.

Cuando la única constante es que todo cambia

¿Cómo saber si estás estático?

Reflejos inexactos, humanos primitivos

¿Qué es la felicidad, sino un estado de

In(conciencia)?

.

La delgada línea con la euforia,

romper la rutina es la mejor parte de ella.

Un beso más, amor de menos.

Abrir los ojos y volar

mientras sigues cayendo

.

¿Qué importa la sustancia?

no logro aterrizar.

….

Viajé en el tiempo.

Ya he vivido esto.

Nada.

No puedo escribir (le / te)

Sin pensar en (ti / él).

Ambos, mis extremos,

puntos opuestos del espectro.

Blanco y negro.

 

Fui ya en todas direcciones

y aprendí que no sé aprender.

Que no hay preguntas constantes

ni nada más fugaz

que una certeza.

 

Que el amor no es suficiente

cuando las cosas fallan.

Y que, cuando funcionan

el amor no es suficiente.

 

Que te pierdes más buscando

porque no hay qué encontrar.

Nada. El equilibrio,

ambivalencia y vacío.

 

Cuando el silencio es resignación,

profunda insignificancia.

Todas las posibilidades

y ningún motivo;

La ataraxia se vuelve prisión.