A ella,
que tuvo que dejar su cara de niña
atrás y convertirse en soldado
para protegerme.
A ella,
que ocultó sus lágrimas y sus tristezas
para sonreír a mi lado, para enseñarme
que aún hay cosas buenas-
A ella, que siempre está detrás
empujándome a que siga creyendo
a que siga soñando, a la que no deja
que el miedo me venza.
A la que sin conocerme ya me quería,
ya me había soñado;
Quien dejó su vida a un lado
por hacer grande la mía.
Hoy celebro el goce,
la suerte y la fortuna
de tenerla siempre cerca
a ella…
…a mi mamá.