Domingo.

Un día sin ti, conviviendo con tu recuerdo.

Con esa parte que quedó de ti en mí,

y que encuentro:

 

En la marca de tus dientes, aun fresca,

escondida en mi cuello.

En la reminiscencia de tu aroma,

que cobija, sobre mi piel.

En los nudos de mi pelo,

que traicioneros, delatan lo bailado ayer.

 

En mi entrecejo

tu mirada grabada,

ese par de ojos cristalinos

que inundan si me ven.

Y tras la retina quedaron selladas

las luces de neón, cambiando de color

tu piel desnuda reflejándolas.

 

La estela aún presente

del trayecto de tus manos.

Remembranza de imágenes

que evocan sensaciones,

de lo que ayer fue incendio carnal

y que hoy,

acoge mi cuerpo como agua tibia.

 

Hoy domingo no te extraño,

Pues, te traigo puesto todavía.

 

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